Gran victoria del Real Madrid ante el Panathinaikos en la primera jornada de la Euroleague, en un partido intenso lleno de emoción que se decidió en los últimos minutos gracias a la buena defensa madridista y al acierto en los momentos decisivos de Mirotic, Carroll y Rudy Fernández. Destacar la dependencia ofensiva de Schortsanitis por parte del Panathinaikos y el espectacular trabajo defensivo de Draper durante el tercer periodo, que ayudó notablemente a la recuperación madridista y a la victoria final.
Foto: Euroleague |
El inicio del partido era totalmente de Rudy Fernández, que con un mate y dos triples consecutivos, colocaba el primer parcial favorable a los suyos con rapidez (8-0). El Madrid buscaba a Mirotic, que no lograba acertar de cara al aro, mientras que el Panathinaikos sufría en ataque y no conseguía encadenar acciones positivas, por lo que el técnico del equipo griego se vio obligado a meter en cancha a Schortsanitis, que iba a ser el jugador que lograse la primera canasta para los verdes. Los griegos buscaban constantemente a Schortsanitis, que no terminaba de jugar con claridad en ataque, y los merengues alcanzaban el +10 de ventaja tras un mate de Slaughter (16-6) en lo que era un buen arranque de partido de los de Laso. La ventaja aumentaba tras un triple de Llull, que también se mostraba muy acertado en el inicio del partido, aunque Diamantidis respondía con dos lanzamientos de tres de forma consecutiva, metiendo al Panathinaikos en el choque de nuevo, reacción que culminaba Maciulis con un mate tras robo, obligando a Pablo Laso a pedir tiempo muerto con 19-14 para el Madrid. Schortsanitis no paraba de sacar faltas a los interiores merengues, sacando provecho una vez tras otra de su superioridad física ante un Mirza Begic algo dubitativo. Los últimos minutos del cuarto igualaban a ambos equipos, llegando al final del periodo con una corta ventaja madridista de dos puntos, 22-20 en lo que estaba siendo un partido rápido y ofensivo.
El Panathinaikos empezaba mejor el segundo cuarto, con canastas de Bramos, Ukic y Tsartsaris que daban la vuelta al marcador. El Madrid no terminaba de encontrar su juego, y los merengues dependían de acciones individuales de Sergio Rodríguez y Nikola Mirotic, que forzaba tres tiros libres, anotando tan solo dos y empatando de nuevo el choque (26-26). Schortsanitis continuaba haciendo daño en el juego interior y colocaba a los suyos con cuatro de ventaja, mientras que el Madrid sufría excesivamente en ataque, donde le faltaban ideas en los sistemas de juego, lo que llevaba el partido a un constante uno para uno de Carroll y de Rudy Fernández ante la defensa visitante. Los blancos resistían a base de tiros libres, mientras que el conjunto griego sumaba gracias al trabajo interior de Schortsanitis, que se mantenía en cancha golpeando constantemente a los interiores madridistas. El Panathinaikos sumaba un peligroso +6 a falta de 2 minutos para el descanso, en lo que era el peor momento del Madrid en el partido, ya que los locales no lograban frenar el juego ofensivo del equipo heleno, aunque los tiros libres seguían manteniendo el partido igualado en el marcador. Primero Rudy y después Draper anotaban desde la línea de personal, colocando un 35-37 en el marcador que impedía al Panathinaikos despegarse antes del descanso. Sin embargo, un último minuto horrible del Madrid, que encajaba una canasta de Schortsanitis, seguida de dos tiros libres tras una técnica de Llull y un triple de Diamantidis sobre la bocina, terminaba por mandar el partido al descanso con un resultado de 35-44 favorable al equipo visitante.
El Madrid recuperaba algo de fuerza al inicio del tercer cuarto, especialmente gracias al trabajo de Draper en la dirección de juego. Los madridistas recortaban diferencias, situándose a cuatro puntos del equipo visitante y logrando mejorar en el aspecto defensivo, incrementando la intensidad de los exteriores cubriendo las líneas de pase. Mirotic empataba el partido desde la línea de tiros libres (46-46), en lo que empezaba a ser otro encuentro, con un Madrid mucho más metido y un Panathinaikos con dificultades para superar la buena defensa madridista. El grandísimo trabajo defensivo de Draper daba sus frutos, culminandose la remontada tras un robo del base madridista que finalizaba con un palmeo de Mirotic que colocaba a los de Laso de nuevo por delante en el marcador (48-46), lo que obligaba a los visitantes a parar el choque para reajustar un ataque que no encontraba la manera de sobrepasar la defensa del Madrid. Schortsanitis regresaba a la pista para volver a igualar el partido, en una nueva demostración de poderío físico y de calidad, cambiando una vez más la cara de su equipo por completo, aunque el Madrid seguía luchando en defensa al máximo nivel. El acierto en los triples del conjunto griego devolvía la ventaja a los visitantes, aunque la diferencia era ya mucho menor, llegando al final del tercer cuarto con un ajustado 59-60.
El Panathinaikos continuaba dependiendo constantemente de Schortsanitis, que repartía juego y anotaba en una nueva reacción de los griegos, que se situaban cuatro puntos por encima del Madrid. Los madridistas tiraban de garra y de Slaughter para volver a igualar el choque, en lo que comenzaba a ser una absoluta lucha física y técnica entre dos equipos que estaban vaciándose en la pista. El Madrid aprovechaba la marcha de Schortsanitis al banquillo poniéndose de nuevo por delante en el marcador, alcanzando los cuatro puntos de ventaja tras un 2+1 de Llull que superaba por velocidad a su defensor (71-67). El encuentro entraba en una etapa decisiva, donde los jugadores clave de ambos equipos empezaban a asumir la responsabilidad final. Mirotic y Carroll anotaban por parte madridista, mientras que Diamantidis y Schortsanitis hacían lo propio para los suyos, aunque los merengues sacaban mejores ventajas y Carroll de nuevo, con un mate, colocaba al Madrid con siete puntos de diferencia. Los jugadores del Panathinaikos, lejos de rendirse, tiraban de casta y continuaban sumando para ajutar el marcador durante los minutos finales. Rudy lograba una gran canasta en acción individual que volvía a poner al Madrid con siete de ventaja en un momento delicado, y a falta de 38 segundos, los visitantes lograban anotar dejando el partido en un apretado 81-76 que mantenía la incertidumbre en el Palacio. El Madrid lograba imponerse en los instantes finales, y Rudy cerraba la victoria con un mate similar al que abría el partido, dejando el marcador en un 85-78 favorable al Madrid, que supo sobreponerse ante la adversidad para terminar consiguiendo su primera victoria europea de la temporada.
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