Desde finales de los noventa hasta hace apenas dos años los Chicago Bulls, uno de los equipos más conocidos por los aficionados en todo el mundo, hacían lo más parecido a una travesía por el desierto que un equipo de la NBA puede hacer: la retirada de Jordan, el traspaso de Scottie Pippen y la renuncia a la renovación de Dennis Rodman, la marcha de Phil Jackson y las decisiones tomadas por la directiva para intentar reconstruir un equipo ya envejecido no dieron frutos, y los Bulls se vieron abocados al fracaso, hundidos en una clasificación que antaño dominaban y en la que ahora eran un mal equipo más.
La primera década del siglo XXI estuvo marcada por fracasos en muchos traspasos, elecciones de Draft equivocadas y ligeras mejoras que terminaron en nada. Bill Cartwright, Scott Skiles y Vinny Del Negro no fueron capaces de formar equipos ganadores y la mala suerte con algunos jugadores (Eddy Curry, Tyson Chandler, Ben Wallace...) condenó a los Bulls a un ostracismo desacostumbrado de la élite. Hasta la llegada de Derrick Rose.
En 2008 los Bulls tuvieron la gigantesca suerte de conseguir la primera elección del Draft de la NBA con apenas un 1,37% de posibilidades de hacerlo, escogiendo al base Derrick Rose, que ya apuntaba maneras en la Universidad de Memphis, para convertirlo en su nuevo proyecto de jugador franquicia. Se proclama Novato del Año en su primera temporada en la élite y All Star en la segunda, firmando unos muy buenos números para un jugador con tan poca experiencia y sorprendiendo a propios y extraños con su agresivo juego.
La vuelta definitiva de los Bulls a la élite se confirmaría con la llegada al banquillo de Tom Thibodeau para la temporada 2010-2011, antiguo asistente del gran Doc Rivers en Boston y entrenador especialista en la defensa, que hizo que los Bulls pasaran de ser el equipo algo bisoño, plano y previsible que eran con Del Negro a la pesadilla defensiva que son ahora, imprimiendo un ritmo ordenado pero agresivo al juego del equipo, comandado por Rose y secundado por muy buenos jugadores como Carlos Boozer, algo por debajo de las expectativas que tenía cuando fue fichado, Joakim Noah, Luol Deng o Kyle Korver. Un récord de 62-20 daría muestras de la gran mejora del equipo en aquella temporada, llegando en perfecto estado de forma a la pos-temporada y siendo eliminados por unos Miami Heat que, a la postre, caerían ante Dallas en las Finales.
La temporada regular de éste año no fue nada mala, récord de 50-16 por el lockout y el equipo en un sólido estado de forma, reforzado el grupo por el rookie Jimmy Butler, proyecto de alero defensivo, y el veterano Richard “Rip” Hamilton, capaz de aportar cosas interesantes al proyecto a parte de su experiencia y calidad. Sin embargo el drama vendría en los Playoffs, en los que los que el base Derrick Rose, de vital importancia para las aspiraciones del equipo, caería lesionado por una rotura de ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda en el primer partido de la primera ronda ante los Philadelphia 76ers, quedando los Bulls huérfanos de su estrella. Los Sixers aprovecharon el bajón de moral y juego del equipo de Illinois para terminar ganando la serie pese a ser considerados un equipo mucho más débil que sus rivales pese a la baja de Rose.
La próxima temporada la enfrentan los Bulls con serias dudas sobre si serán competitivos o no sin su jugador franquicia, que se perderá con toda seguridad al menos los tres primeros meses de competición, y podría alargarse si los plazos previstos de recuperación no se cumplen. Algunos jugadores como Taj Gibson han asegurado que el equipo será competitivo, con o sin Rose, pero la experiencia de los últimos Playoffs hace dudar a muchos de la veracidad de sus palabras.
El quinteto titular será previsiblemente el siguiente, aunque hasta que se recupere de su lesión Derrick Rose será suplido por Kirk Hinrich, que ya militó en los Bulls desde la temporada 2003-2004 hasta la 2009-2010, al termino de la cual fue traspasado a los Washington Wizards para hacerle hueco precisamente al ex-jugador de la Universidad de Memphis, una estrella emergente por aquel entonces.
El quinteto titular será el siguiente, pese a que, como ya he dicho, Hinrich sustituirá a Rose hasta su recuperación:
Base: Derrick Rose (1,91 metros de altura, 86,4 kg)
Muy atlético, fuerte para la posición, técnicamente perfecto, adolece de regularidad en el tiro exterior pero lo compensa con una capacidad para romper la defensa tremenda, casi imparable gracias a sus cambios de ritmo perfectos, un drible muy depurado y una gran inteligencia a la hora de utilizar los tres pasos sin bote en la entrada a canasta, además de una muy buena capacidad de rectificar la bandeja en el último momento.
Como director de juego a evolucionado muy positivamente en los últimos dos años y ahora mismo podríamos considerarlo un base puro con una gran capacidad para anotar, algo que contrasta con sus condiciones como organizador en su llegada a la NBA, demasiado inmaduras y faltas de ritmo. Rose es hoy por hoy probablemente el mejor base anotador de la liga, pero su lesión, por desgracia para él, para los Chicago Bulls y para todo aficionado al baloncesto lo tendrá alejado de las canchas durante buena parte de la temporada.
Escolta: Richard “Rip” Hamilton (2,01 metros de altura, 87 kg)
Ya veterano, Rip Hamilton, el hombre de la máscara, ha sido un grande de la NBA, ahora ya en declive, pero que puede aportar cosas muy interesantes al juego de los Bulls: casi infalible desde la media distancia, efectivo desde la línea de tres y buen pasador, Hamilton es un muy buen escolta, capaz de defender en equipo y que, en cualquier caso, solo tiene problemas defensivos a la hora de enfrentarse a jugadores muy atléticos. Su experiencia le ayuda en los momentos en los que sus piernas ya no dan más de sí y sigue desarrollando un juego muy efectivo en ataque. Una pieza muy valiosa para Chicago, que podría, en parte, suplir algunos de los puntos por partido que Rose dejará huérfanos durante su convalencencia.
Alero: Luol Deng (2,06 metros de altura, 99,8 kg)
Alto, fuerte, atlético, buen defensor, buen atacante, buen pasador y jugador en equipo, sólido aunque no deslumbrante en el tiro exterior... Luol Deng es la opción perfecta para la posición de alero titular sin llegar a ser una estrella, hace de todo, lo hace todo bien, es regular y sabe eclipsarse o coger protagonismo en función de la situación. El Pippen perfecto para cualquier Jordan. El segundo de Rose durante estos últimos dos años, Deng deberá coger protagonismo durante la ausencia del base y, quizás, tomar el mando de una plantilla que corre el riesgo de caer en la clasificación igual que lo hizo durante los Playoffs contra Philadelphia la temporada pasada.
Ala- pívot: Carlos Boozer (2,06 metros de altura, 120,7 kg)
Cuando los Bulls ficharon a Carlos Boozer esperaban que su inversión se viera recompensada con el nivel estelar que éste jugador había demostrado tener en Utah, y si bien no puede decirse que ha sido una decepción, tampoco ha cumplido las expectativas, desapareciendo en los momentos clave de la temporada y mostrando una irregular y, en cualquier caso, una mediocridad defensiva enorme. Cuaquiera que mire sus estadísticas puede decir que, de Utah a ahora, nada ha cambiado. Pero las estadísticas engañan. Boozer sigue reboteando y anotando casi igual que antes, incluso asistiendo, pero su defensa ha dado un bajón terrible desde se etapa en los Jazz hasta este momento. Taj Gibson, menos vistoso pero más efectivo en el trabajo sucio que Boozer ha estado ganándole terreno y minutos durante la última temporada y, quién sabe, quizás termine por ganarle la titularidad a lo largo de la temporada.
Pívot: Joakim Noah (2,11 metros de altura, 105,2 kg)
Noah es un muy buen pívot defensivo que cumple bien con su trabajo, defendiendo con agresividad, cogiendo rebotes y anotando regularmente y sin descanso sus diez o doce puntos por partido. Es, en resumen, un jugador que destaca en un aspecto del juego y cumple su función en el otro. Ha sabido hacerse un hueco importante en el esquema de Thibodeau, que prima la defensa, y cumple su papel con mucho oficio, pero quizás con Boozer o con otro ala-pívot a su lado que le quitara parte del enorme peso que carga en defensa en la actualidad Noah se convertiría en un jugador capaz también de atacar más y mejor. Si sigue absorbiendo el toda le defensa en la pintura, ayudado ocasionalmente por un Deng muy trabajador en las ayudas, Noah no irá a más. Si, en cambio, comparte el peso que lleva en defensa, irá a mejor.
Estos titulares estarán acompañados por jugadores muy capaces como Kirk Hinrich, buen tirador, defensor y organizador, Taj Gibson, un trabajador incansable o Marco Belinelli, un jugador que, en un caso parecido al de Rudy Fernández, tiene más clase de la que, hasta ahora, ha demostrado tener.
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