Mucho se oye últimamente, y sobre todo se acusa, de que no hay esfuerzo. De que las cosas no se hacen cómo se deben. De que no se pone todo el interés, de que no hay valor para estar trabajando cómo se había prometido. Se está dudando de gente que ha demostrado, con mucho tiempo, una ética de trabajo, un interés y un compromiso fuera de toda duda, fuera de toda sombra de falsedad.
Los que hablan de esta manera, son unos desconsiderados, malas personas y unos auténticos imbéciles que quieren que todo se haga a su manera, que todo sea cómo ellos dicen y cómo ellos esperan. Terminarán por minar la capacidad de éxito que tienen a los que se acusa, por matar su ilusión y destruir su ética de trabajo y de compromiso.
Hay formas y formas, hay modos y modos. El trabajo ha de ser ético, comprometido, serio y sobre todo, completo, incesante y contrastado, nunca a trompicones o un simple trabajo de relleno, de farol. Hay que ser el mejor, pero no sólo eso, sino querer ser el mejor, desearlo, no parar hasta serlo. Y esto no se hace con acusaciones, con falsedades y con mentiras. Quienes critican de esta manera, no hace tanto, no eran nadie, no tenían ni siquiera la capacidad de criticar. Miraos en el espejo, porque estáis matando algo de lo más hermoso que podíais ver.
Si aquellos que critican sin fundamento creen que así todo es perfecto, allá ellos. El problema ético lo tienen ellos, por su calidad ínfima cómo personas y su deleznable modo de demostrarlo en todo momento de su vida.
El compromiso de una persona, de un hombre, no lo dudeis jamás, no lo pongais en duda. La Palabra dada vale más que todas las críticas.
Sin más que opinar, espero que la Selección Española en estos JJOO pueda terminar alzándose con el oro, pese a su entrenador, pero la opinión sobre la Selección Española me la reservo para otra oportunidad de esta mi página de opinión.
Pablo Aguado Domínguez
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