Desde hace ya bastante tiempo, tanto Real Madrid como Barcelona se van acostumbrando a iniciar todas sus temporadas disputando algún partido en esta joven competición, la Supercopa, que este año se disputará en Bilbao, con la presencia de los dos grandes del basket español, junto al gran clásico y dominador en la competición, el Baskonia, y junto a la gran revelación del pasado curso y equipo local, el Bilbao Basket. Analicemos el partido que enfrentará a Madrid y Barça en una de las dos semifinales, que será sin duda un gran atractivo para todos los aficionados al baloncesto.
Para empezar, hay que tener en cuenta que se trata de un partido con algunas cuentas pendientes. Seguro que en el Madrid aún no han olvidado el duro golpe que supuso el partido disputado la pasada campaña en esta misma competición (el Barça destrozó al Madrid por 89-55), y que condicionó gran parte de la temporada del equipo blanco. El Barça, por su parte, se sabe y se siente superior al Madrid desde hace bastantes temporadas, y seguro que quiere seguir manteniendo la distancia que le separa de su máximo rival, dejando claro quién es el gran favorito para llevarse todos los títulos a nivel nacional en la presente temporada. La batalla psicológica está inclinada muy a favor de los azulgrana, y eso hace que el equipo de Xavi Pascual parta con una ventaja añadida a su, a priori, mayor compensación de plantilla.
El Real Madrid llega al duelo con una pretemporada algo turbulenta, de momento. La derrota del pasado domingo en Vitoria evidenció las carencias de los de Pablo Laso, un equipo que tiene jugadores de mucho talento, pero que aún no ha sido capaz de encontrar la estabilidad necesaria como para demostrar que es un candidato a pelear los títulos de forma convincente. La victoria ante el Fuenlabrada supone una pequeña inyección de confianza, ya que el Madrid disputó buenos minutos y jugadores que no jugaron bien en Vitoria, como Carroll, se reencontraron con su mejor versión. El Madrid llega a Bilbao con la imperiosa necesidad de demostrarse a si mismo que es capaz de plantarle cara a un Barça que le ha aplastado en los dos últimos años, y este es un aspecto que juega en contra de los madridistas. La presión, incluso en lo que debería ser nada más que un torneo de pretemporada, se hará notar en el equipo de Laso. Para ganar al Barça, el Madrid debe realizar un partido de mucho nivel, cometer pocos errores y no perder la concentración en ningún momento del encuentro. La clave probablemente sea esa, la concentración, y especialmente, la intensidad defensiva. Perder alguna de las dos, significará perder el partido con total seguridad, aunque solo se pierda ese nivel durante un cuarto, o durante unos minutos. El Barça es un equipo que te destroza cuando bajas la intensidad, y eso es lo que ha ido pasando a lo largo de los últimos años en los enfrentamientos entre ambos equipos.
Para que el Barça gane el partido, lo único que debe ocurrir es que el equipo blaugrana haga su trabajo correctamente, que sus jugadores clave aporten lo que suelen aportar, y que el Madrid no multiplique su acierto y su capacidad. Es decir, en condiciones normales, el equipo catalán es favorito y debe ganar el partido. Solo se verá en aprietos si el Madrid es capaz de anular la aportación ofensiva de jugadores como Navarro, Huertas, Eidson o los hombres interiores. Los recursos del Barça, especialmente en el juego interior, son superiores a los del Madrid, y eso será clave, especialmente a la hora de cerrar los rebotes. El Madrid, por su parte, tiene que estar los 40 minutos concentrado, no salirse del partido en ningún momento, y defender al 120% durante todo el choque. Jugadores como Sergio Rodriguez, Suarez, Tomic y especialmente Carroll, tienen que aportar buenos números y mantener un buen acierto ofensivo, hacer buenas series de tiro y defender a la perfección para que el Madrid pueda tener opciones de ganar el partido. Especial atención tendremos que prestar al papel de Rudy Fernández, ya que se presenta un partido importante para que el recién llegado al equipo demuestre su capacidad de liderazgo ofensivo.
En resumen, el Barça es el gran favorito, no solo para jugar la final, lo es también para llevarse el título, y si juega a su nivel habitual, debe ganar el partido. La clave para que el Madrid plante cara, es realizar un partido perfecto en defensa, esperar una aportación ofensiva multiplicada de jugadores como Tomic o Carroll, y encomendarse a que a los culés les salga un mal partido en todas sus líneas. Pero el baloncesto es un deporte que no para de darnos sorpresas, con lo cual, no podemos afirmar a ciencia cierta que este partido se lo llevará un equipo u otro.
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