Un excelso último cuarto mantiene la imbatibilidad del Real Madrid (61-86)

Visto lo visto en Estambul hasta el último cuarto, cuesta creer la diferencia final del encuentro, y es que no deja de ser engañoso, ya que a falta de 10 minutos para el término del mismo estaba todo por decidir, pero fue a la hora de la verdad cuando la máquina blanca comenzó a funcionar tal y como estamos acostumbrados, haciendo gala una vez más de una facilidad pasmosa para anotar de todas las maneras habidas y por haber. Y es que aun no viendo visto la mejor versión del Real Madrid, volvieron a demostrar que son uno de los equipos más en forma en el viejo continente. 

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A pesar de que la labor coral (sobre todo en defensa) es digna de ser mencionada, los protagonistas tienen nombres y apellidos, siendo Sergio Rodríguez (24 puntos, 5 asistencias), Nikola Mirotic (17 puntos), Felipe Reyes (13 puntos, 10 rebotes), mientras que en el Efes han destacado las actuaciones de Dusko Savanovic (20 puntos, 6 rebotes), Dragicevic (11 puntos) y Dogus Balbay (8 puntos, 4 robos).

Para los intereses del conjunto local, los primeros compases se caracterizaron por su bajo ritmo anotador, siendo la intensidad defensiva y las imprecisiones tanto por uno como por otro lo que más destacaba en este inicio de encuentro. De esta manera, siendo el duelo entre Savanovic (8p) y Mirotic el que acaparaba todas las miradas, la igualdad predominaba en Estambul pese a los continuos intentos del Real Madrid en poner una marcha más al partido. Tanto era así, que una vez terminado el primer período, era el Anadolu Efes quien tomaba ventaja en la contienda (20-18).

Aunque la tónica del encuentro parecía prácticamente intacta, eran los hombres de Pablo Laso quienes habían tomado las riendas del encuentro, y echando mano de una férrea defensa, la escuadra otomana se encontraba sin ideas ante un rival que empezaba a entonarse en ataque con el paso de los minutos, lo que pronto se vería reflejado con un 8-0 de parcial que cambiaba las tornas. Pese a que Sergio Rodríguez (8p) se convertía en el amo y señor del partido, toda acometida era respondida por un inspirado Dragicevic (7p). El "toma y daca" seguía sin erigir a un dominador claro, y si bien es cierto que el Real Madrid era el más cercano a imponer su ley, la labor coral de los turcos mantenía a raya cualquier intento de escapada del combinado blanco, que aun frenando en seco la aportación de Hopson, tenia en Balbay (8p) un auténtico quebradero de cabeza. En todo caso, era el Real Madrid quien se iba a los vestuarios con un marcador favorable (34-38).

Independientemente de que lo parejo del luminoso no permitía que ninguno de los dos equipos pusiera tierra de por medio, la irrupción de Savanovic (17p) desde el perímetro suponía un punto de inflexión en el enfrentamiento, obligando a los visitantes el darle un lavado de cara al partido debido a la falta de puntería en el lanzamiento exterior. Las sensaciones no eran las mismas que en otras ocasiones, pero los de Mahmuti Oktay tampoco conseguían dar con la tecla ante el sólido trabajo atrás de su rival. Pero fue entonces cuando la eléctrica dupla formada por Sergio Rodríguez (10p) y Sergio Llull (11p) daba un golpe sobre la mesa con un parcial de 11-0 que bien ponía las primeras diferencias serias en el luminoso, aunque un triple de Dragicevic al final maquillara el resultado a falta de 10 minutos por jugarse (49-54). 

El hecho de que el partido estuviera aún por decidirse sirvió como toque de atención para un Real Madrid que quería dar buena muestra del porqué pueden acabar la fase de grupos sin conocer la derrota. La continua lucha en la pintura de Felipe Reyes comenzaba a tener sus frutos, dando pie a que los suyos siguieran ampliando las diferencias ante un Anadolu Efes que veía como la victoria se ponía cada vez más cuesta arriba, empezando a acusar los despistes en ataque, entre los que destacaba una paupérrima actuación desde la línea de personal. Llegábamos al ecuador del período, y con ello ya teníamos a un Madrid desatado, con Mirotic y Sergio Rodríguez empezando a dar un auténtico clínic sobre el parquet, certificando una distancia ya inalcanzable por los turcos, que con un parcial de 21-2 en contra volvían a sufrir del extraordinario talento ofensivo de los blancos.