Las cosas no están yendo demasiado bien en el Cajasol de Sevilla en este inicio de Liga Endesa, el equipo que dirige el mítico Aito García-Reneses no ha terminado de arrancar y solamente ha logrado ganar en uno de los siete encuentros que de momento ha disputado. No obstante y como el refrán dice "al mal tiempo, buena cara". Si hay algo en lo que ha mejorado el conjunto sevillano en estás últimas temporadas es en el nivel de sus jugadores que se forman en las categorías inferiores del club. En la actualidad podemos ver como en el primer equipo hay jugadores de la talla de Joan Sastre, Tomas Satoransky, Beqa Burjanadze o Kristaps Porzinguis los cuáles si tienen ficha en el primer equipo. De la generación del 95' destacan dos jugadores que además de jugar en el equipo júnior que dirige Juan Manuel Pino también lo hacen en el EBA, y uno de sus dos jugadores "franquicia" ya ha ido convocado a dos partidos de la Liga Endesa (hablamos del talentoso base Guillermo Corrales), pero éste no es nuestro protagonista de hoy, sino que el protagonista nuestro de hoy es Carlos García Carrascal, ala-pivot de la generación del 95' que está haciendo buenos números tanto en categoría júnior como en EBA, siendo así uno de los "jugadores del futuro" de este Club Baloncesto Cajasol de Sevilla que no está atravesando ni en lo deportivo ni en lo económico por sus mejores momentos.
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Con apenas 10 años empezó a jugar al baloncesto, dio sus primeros pasos en el equipo de su pueblo, el Mairena de Alijarefe, en categoría "mini" ya fue a hacer las pruebas para el entonces llamado Caja San Fernando de Sevilla, pero a Carlos García no le escogieron y el jugador no se rindió y se marchó al ciudad Expo dónde realmente explotó como jugador en categoría mini y fue junto al jugador entonces de Úbeda y ahora ala-pivot del Real Madrid, Javier de la Blanca, una de las sensaciones del baloncesto sevillano esa temporada. El conjunto cajista quiso fichar a este jugador siendo alevín, pero éste dijo que no y finalmente y tras terminar en categoría mini llegó la temporada de infantil dónde si fichó por el Cajasol de Sevilla, equipo en el que sigue en la actualidad. Con esta son ya seis temporadas las que hemos visto a Carlos García defendiendo la elástica del Cajasol de Sevilla, año tras año le hemos visto mejorar como jugador hasta convertirse en uno de los mejores jugadores interiores de Sevilla junto a los siempre presentes africanos que ficha el Unicaja de Málaga, ahora tendrá que pelear en la pintura con nada más y nada menos que dos potentes jugadores como son Bruno Diatta y Romaric Belemené, ambos dos formándose en las categorías inferiores del Unicaja de Málaga.
De momento solamente llevamos un total de cuatro partidos en el campeonato autonómico andaluz, y como va siendo habitual el conjunto sevillano de la categoría júnior (Cajasol de Sevilla) ha arrasado en todos sus partidos y parece ser que un año más la final indicada en el campeonato júnior de Andalucía (cierto es, aún queda mucho para llegar hasta allí), será el derbi entre Cajasol de Sevilla y Unicaja de Málaga, de momento el equipo que Juan Manuel Pino dirige solamente piensa en mejorar día a día, los jugadores suelen subir a su equipo EBA dónde realmente les resulta más complicado ganar con comodidad como en su categoría júnior. El compañero en la pintura de Carlos García en categoría júnior en su equipo es nada más y nada menos que el gigante Casper Wildemast, el cuál es también la gran promesa del baloncesto holandés. El genio y inteligente jugador Kristaps Porzinguis es su compañero en categoría EBA.
Hablas de Carlos García es hablar de un jugador que año tras año sorprende a sus compañeros y a los aficionados ya que siempre mejora alguna faceta nueva. Es un ala-pivot de 207 centímetros de estatura, es un jugador que aporta mucha intimidación defensiva a su equipo, rebotea y taponea con mucha facilidad, pese a su gran envergadura es un jugador que posee buenas cualidades físicas por lo tanto podríamos estar hablando de un ala-pivot atlético que corre muy bien al contraataque. La pasada temporada mejoró y mucho su tiro a media distancia, es un jugador que en ataque te puede ganar el partido en el poste bajo, sabe postear muy bien y no suele errar demasiados tiros, ya que no se le suele ver hacer cosas que no tocan. Pero, sobretodo cabe destacar una cosa cuándo se trata de este jugador, es un ala-pivot que aunque no te pueda asegurar una cantidad de puntos fija por partido (hace muchos puntos y rebotes siempre), te asegura garra y competitividad, nunca da un balón por perdido y todos los entrenadores agradecen tener jugadores de esa talla y con ese espíritu.
García está estudiando segundo de bachillerato y es consciente de la importancia de los estudios. Piensa y mucho y sueña con vivir del baloncesto, de momento sus compañeros agradecen tener a jugadores de esta talla que piensan las 24 horas en baloncesto y intentan mejorar día tras día para intentar ser mejor jugador. Tiene el respeto ganado de todos sus rivales, su humildad y el trabajo diario le convierten en una de las promesas actuales del baloncesto español. A partir de hoy todos tendremos que seguir viendo con re-ojo a una cantera como la del Cajasol de Sevilla que está trabajando muy bien, y no sería de extrañar ver en un futuro a varios de estos jugadores triunfar en el baloncesto de élite.
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