
El segundo cuarto fue distinto, con el Madrid mucho más metido en el juego. Sergio Rodríguez aparecía en la cancha para adueñarse del ritmo de juego, dando al Madrid ventajas más cómodas. Los madridistas, con un Felipe Reyes inmenso, empezaban a distanciarse de su rival, que se quedaba en 2 puntos a lo largo de los 5 primeros minutos del cuarto. El Madrid se iba de 15 (41-26), y el Barça tiraba de Navarro para reducir a 10. Sin embargo, los madridistas volvían a colocarse 15 puntos por delante antes del descanso, recortados a 14 por un tiro libre de Lorbek, llegando al intermedio del partido con ventaja local por 46-32.
El tercer cuarto arrancaba como continuación del anterior. El Madrid empezaba a administrar su ventaja con comodidad, imponiendo su juego ante un Barça que mostraba muchas dificultades ofensivas. Mickeal perdió los nervios y cometió una antedeportiva sobre Velickovic en un momento complicado para los suyos, y el Madrid lo aprovechaba para irse hasta los 30 puntos de ventaja. Felipe Reyes seguía haciendo un partido enorme, al igual que Sergio Rodríguez, que dominaba el juego en todo momento. Finalizaba el cuarto con ventaja madridista por 69-42.
El último periodo fue un trámite, con el Barça sentando a Navarro, Lorbek y Mickeal y dando minutos a hombres menos habituales como Wallace y Rabaseda. El propio Wallace conseguía triples para aumentar la puntuación de los suyos, pero el Madrid seguía anotando con fluidez y manteniendo una ventaja superior a los 25 puntos. Los madridistas lograban así imponerse con autoridad por 85-59 en un partido que controlaron en todo momento, poniendo el 2-1 en la final y con la posibilidad de sentenciar el título en el cuarto partido también en Madrid. El Barça deberá cambiar mucho si quiere tener opciones, superioridad aplastante de los de Laso que ven cada vez más cerca el sueño del doblete.
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