Complicada y oscura está siendo la temporada en Philadelphia, muchas salidas inesperadas y con pocas cosas positivas. Con esta situación, el futuro de la franquicia se vislumbra difuso.
Si ya de por sí la temporada no parecía arrojar mucha luz sobre los Sixers (Pese al inesperado arranque con victorias sobre Bulls y Heat), a lo largo de la presente temporada tampoco estamos viendo muchas cosas positivas o salvables. Si analizamos la primera parte de la temporada, encontramos a Evan Turner a un gran nivel asumiendo las responsabilidades que se le llevaban exigiendo desde hace algunas temporadas. Junto a Turner, el novato Carter-Williams también estaba aportando mucha calidad al equipo, siendo el motor de este. En un segundo plano, las actuaciones de Thaddeus Young y Tony Wroten estaban ayudando al equipo a sobrellevar con la cabeza medioalta la mala situación que estaban obligados a soportar.
Numerosos rumores de traspaso llevaban rodeando a la franquicia de Philadelphia, sobretodo a dos jugadores en concreto, Evan Turner y Thaddeus Young. Conforme nos íbamos acercando al cierre de traspasos, los rumores crecían. El "trade-line" nos iba a dejar en Philadelphia una situación cuanto menos extraña. En un mismo día, Philadelphia perdió a Spencer Hawes, Lavoy Allen e Evan Turner. De estos traspasos sacó poca cosa para lo que realmente se podría haber sacado de jugadores de esa calidad. A cambio, los 76ers consiguieron innumerables segundas rondas de Draft y a Earl Clark, Danny Granger, Eric Maynor y Byron Mullens. De los tres jugadores mencionados anteriormente, solamente Byron Mullens y Eric Maynor continúan a día de hoy en el equipo, los otros dos rescindieron sus contratos para irse a otros equipos con otras aspiraciones.Tras todos estos movimientos de fichas, los Sixers se han quedado solamente con Thaddeus Young y Michael Carter-Williams como jugadores referentes.
Con todos estos movimientos, esto me hace plantearme una pregunta acerca de la situación del equipo, ¿merece la pena llegar a tal extremo?. Para el que todavía no lo sepa, los Sixers están tankeando (secreto a voces), pese a que el nuevo comisionado de la NBA haga oídos sordos acerca de las preguntas sobre supuestos equipos que están recurriendo al tanking. La franquicia está realizando todos estos traspasos con el fin de conseguir una posición alta en el próximo Draft de la NBA. Con un mal record, hay más posibilidades de tener un pick alto en el Draft, pero también cabe la posibilidad de no conseguirlo, como le pasó a los Bobcats en el 2012. No sé si Sam Hinkie ha perdido el rumbo del proyecto iniciado en verano o todo esto estaba en sus planes, pero lo que está consiguiendo es perder a muchos fans de la franquicia por culpa de derrotas tan abultadas. Yo mismo estaba a favor hasta hace bien poco de realizar el tanking, pero estar viendo como tu equipo pierde noche tras noche te hace plantearte si merece la pena llegar hasta este punto de no tener apenas jugadores en los que apoyarte.
Desde que empezase el año, los Sixers apenas han conseguido encadenar victorias y parece que han cumplido ya su objetivo, ser el peor equipo de la liga. En navidades solo eran mejores que los Bucks, pero Philadelphia se ha superado a sí misma y ha conseguido llegar a perder de 20 pts contra Milwaukee, ratificando su sitio en la liga. Poco queda por hacer (y por ver) en lo que resta de temporada, solamente el posible debut de Nerlens Noel con el equipo tras su lesión y ver si Jason Richardson regresa finalmente, el cual lleva ya un año inactivo por una lesión.
Si analizamos la defensa de los 76ers podemos vislumbrar un enorme agujero negro, como si al atacar el equipo rival, Philly desapareciese, dejando campar a sus anchas a sus contrincantes. Gracias a esto, los Sixers encajan una media de 111 pts por partido siendo una de las peores defensas de la liga. Como dato curioso, la franquicia tiene la mejor media de robos por partido y la mayor media de pérdidas. Dentro de todo el pesimismo y negatividad que he plasmado en este artículo, cabe destacar la gran labor realizada por Michael Carter-Williams, el cual es el máximo aspirante al premio de Rookie del Año con unos promedios de 17 pts 6 reb 6 asi en 34 minutos de juego, algo muy positivo para un jugador debutante. Como dato destacable, los Sixers a día de hoy acumulan 23 derrotas consecutivas siendo uno de los peores records de la historia en la NBA.