Sin
importar la categoría de la que hablemos, es obvio que cada
club tiene unos objetivos concretos en función del escenario tanto
deportivo como económico en el que se mueve.
En el caso de los clubes ACB, la diferencia
presupuestaria
entre unos y otros también supone que veamos distintos
modelos a la hora de manejar sus respectivas canteras.
En
la Comunidad
de Madrid
se da el caso de que los tres clubes que compiten en la máxima
categoría del baloncesto nacional, Real
Madrid, Estudiantes y Baloncesto Fuenlabrada,
han contado en algún momento a lo largo de su historia con los
servicios del mismo entrenador: Jota
Cuspinera (Getxo, 1970).
El
entrenador vasco declaró para la revista Gigantes Jr del mes de
febrero que “Estudiantes
es el club de formación por excelencia. Forman para el primer equipo
y aceptan la venta cuando pueden hacer caja.
La cantera del Madrid
es distinta: el objetivo es luchar cada año por todo. Sus equipos de
base siguen ese mismo ejemplo; intentar formar
siempre a los mejores.
Fuenlabrada
es una mezcla de ambos. Fichan
jugadores jóvenes para que rindan en ACB y luego poder venderlos”.
El
conjunto blanco, referente a nivel europeo, siempre
incorpora a los mejores jugadores a sus categorías inferiores.
Muestra de ello es el caso, entre otros, de Nikola
Mirotic.
El montenegrino empezó
desde abajo, salió cedido en busca de minutos para crecer como
jugador, volvió al Real Madrid con el objetivo triunfar y acabó
dando el salto a la NBA.
Un camino muy similar puede seguir Luka
Doncic,
aunque en el caso del esloveno ha dado directamente el salto
al primer equipo sin una cesión previa.
Sin embargo, el hecho de formar siempre a los mejores, supone que
muchos acaben saliendo a otros clubes por falta
de sitio en el primer equipo (Yusta, Rico y Barreiro entre otros)
o, simplemente, acaben quedándose por el camino.
Los
colegiales incorporan jugadores
a largo plazo
con el objetivo de que tengan su sitio en la máxima
categoría
y
venderlos si se da el caso,
como ocurrió, por ejemplo, con Carlos
Suárez, Felipe Reyes, Sergio Rodríguez, Lucas Nogueira y Jayson
Granger.
Trabajando desde abajo, paso a paso, forman a cada talento y acaban
aceptando
futuras ventas para
poder conseguir
un dinero que les permita seguir existiendo.
A día de hoy, si bien aún tienen un amplio margen de mejora, las
próximas salidas hacia un grande podrían ser las de Jaime
Fernández o
Juancho Hernangómez.
El
Baloncesto Fuenlabrada es otro club al que las ventas le han dado un
importante plus en el apartado económico. Vender
para subsistir como forma de vida.
Descubrieron y dieron una oportunidad entre otros a Bismack
Biyombo, Moussa Diagne, Quino Colom, Gustavo Ayón y Esteban Batista,
hasta el punto de venderlos
a equipos de primer nivel
o, simplemente, darles una oportunidad de conseguir
un contrato mejor
en clubes de Euroliga o incluso NBA.
Tres
clubes, tres canteras y tres modelos. Así es la realidad de cada uno
de ellos.
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