A
medida que se van conociendo nuevas noticias entorno a la guerra que están
librando la FIBA de Patrick Baumann
contra la Euroliga de Bertomeu se ha difundido que FIBA Europe envió una
carta a la sede de la Euroliga en la que pedían a esta organización que diera
explicaciones por las improcedentes prácticas de los clubes que pertenecen a esta
empresa.
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| Patrick Baumann, Secretario General de FIBA |
El
Board de FIBA Europe, reunido en Paris el domingo, un día antes de la
descafeinada presentación en sociedad de la Basketball Champions League, tenía
entre los puntos del orden del día dar cuenta de la necesidad de proteger a
todos los clubes y ligas de Europa de las acciones ilegales desarrolladas por
ECA (Euroleague Commercial Assets), que es la empresa matriz de Euroliga.
En un
durísimo comunicado, FIBAEurope dice que, tanto los 11 clubes con Licencia A
como la CEPA, que es el organismo que aglutina a la junta general de
accionistas de Euroliga, aun no han respondido a la carta que recibieron, cuyo
contenido pedía explicaciones por las prácticas abusivas hacia las ligas y
clubes de su ambito de influencia. Es decir FIBA Europe pedía cuentas a Bertomeu
por sus coacciones, amenazas y demás herramientas de gestión utilizadas por
este dirigente hacia los clubes y ligas de la Eurocup para que sigan vinculados
con él.
Una
importante acción de FIBA Europe que denuncia que lo mismo que ellos hacen lo
están haciendo desde Euroliga, algo que es cierto, ya que en el caso ACB, los
clubes con Licencia A manejan las decisiones de la patronal diciéndoles que el
reparto de los ingresos del contrato con Movistar+ se repartirán a partes
iguales si los clubes apoyan la Eurocup de Bertomeu. Sin embargo, FIBA Europe,
lejos de acudir a los tribunales por vía ordinaria, adopta una de las medidas
de presión mas ruines que se pueden utilizar amenazando a las federaciones que apoyen
a los clubes y a las ligas que se unan a Bertomeu con prohibirles participar en
las competiciones de alto nivel organizadas en Europa: Eurobasket, torneos de
clasificación y preolímpicos. Salvo, y este es uno de los datos más curiosos,
los 16 equipos que jugaran la Euroliga la próxima temporada, tal vez porque
empresas como Giorgio Armani son patrocinadores del Comité Nacional Olímpico
Italiano y Patrick Baumann es miembro del COI. Lo que supone en la práctica que
selecciones como la española no podrían acudir a los juegos, el mundial o el
Eurobasket.
Lo
importante de esta amenaza por parte de FIBA Europe es su apartado práctico y el
motivo por el que no acuden a la justicia ordinaria. De aplicarse la sanción a
la Selección Española, esta no tendría la obligación de acudir a jugar en las
ventanas de mitad de temporada que necesita tener abiertas FIBA para cobrar el
contrato de 500 millones de euros firmado con Perfom. Un contrato que solo
afecta a las selecciones nacionales y no a la nueva Champions, que se gestiona
a partes iguales entre los clubes y FIBA.
Otro de
los aspectos de la reunión es que desde FIBA Europe se ha hecho hincapié en que
son los clubes y las ligas las que están obligadas a servir a la FIBA cuando debería
ser al revés, textualmente: “los clubes son principalmente miembros de
asociaciones con derechos y obligaciones para garantizar la solidaridad entre
el baloncesto de élite y popular en Europa”. Quizás por eso, por garantizar la
solidaridad, la ACB presentó su programa ACB Next como medio de llevar el
baloncesto hasta los colegios, ya que, por lo visto, la FIBA y la FEB hace
tiempo que dejaron de ver los colegios como fuente de inspiración de modelos de
comportamiento y de valores en los jóvenes y futuros ciudadanos de la UE para
mirar a las plataformas de gestión de contenidos que difunden el baloncesto a
través de dispositivos móviles, ordenadores, televisiones y tablets, y que tienen la cartera llena de
dinero de los derechos televisivos que generan la venta de estas retrasmisiones.
Esta
decisión de vetar a los equipos y ligas que apoyen a Bertomeu queda a expensas
de que sea ratificada por los miembros del Comité Ejecutivo de FIBA, lo que
supone una amenaza de facto no ratificada todavía.
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