Tras la reunión mantenida con Jordi Bertomeu esta semana y de la que ya informó Sentimiento AyN en este enlace, Unicaja considera conveniente mantenerse a la espera de lo que revelen los acontecimientos. El equipo malagueño sabe que tome la decisión que tome saldrá perdiendo, ya que su acceso a la Euroliga es inviable, pero se considera una de las perlas perdidas de esta competición a la que ha dedicado mucho esfuerzo, tiempo y dinero, incluido un pabellón al gusto de Bertomeu para hacer más grande la competición.
Los
dirigentes de Unicaja consideran que lo lógico es mantenerse a la espera
mientras se van mostrando los datos más importantes referidos a las dos
competiciones en las que podría participar la próxima temporada: la Eurocup de Bertomeu
o la Basketball Champions League de la FIBA. Mientras no haya propuestas firmes sobre la
mesa no decidirán en que competición jugarán. De momento saben que su participación
en la Euroliga pasaría por un torneo previo entre ocho participantes, dato que
aun no es firme y que parece lanzado al aire por Bertomeu como una forma de atraer a la Eurocup a los
equipos que han sido desplazados. Porque, de lo explicado por este dirigente, serán dieciseis equipos los que jueguen la próxima temporada. De ellos: once con licencia A tienen
la plaza asegurada y, de los cinco restantes, tres saldrían del ganador de la VTBLeague, del ganador de la Liga
Adriática y del ganador de la Eurocup, uno sería por invitación
y el otro del supuesto ganador de un torneo a ocho equipos.
El
problema reside en que en este punto Bertomeu no se ha mostrado lo
suficientemente claro, ya que, por un lado mira con ojitos a la incipiente Liga
Alemana y los derechos televisivos de este mercado, sobre todo no hace ascos a
tener al Bayern de Múnich como equipo franquicia de la BBL en la Euroliga, y
por otro está sufriendo grandes presiones por parte del Darussafaka Dogus, cuyo
propietario es Premium Partner de la Euroliga, a la que aporta, junto al otro
Premium Partner, Adidas, tres millones de euros. Hay que recordar que el hasta ahora patrocinador principal, Turkish
Airlines, tambien es otomano y aporta seis millones.
Ante
esta tesitura parece evidente que Unicaja debe volverse para mirar directamente
a la competición de FIBA y darle el si quiero definitivo si no fuera porque
esta competición nace coja desde el principio, ya que, pese a sus buenas intenciones
de hacer que solo sean los meritos deportivos los que den acceso a la Champions
y que el dividendo del proyecto se reparta de forma más equitativa que el del
proyecto de Bertomeu, esta liga carece precisamente de eso... de dividiendo
seguro y estable. Y es que el patrocinador principal, que se había anunciado a bombo y platillo por
parte de la FIBA como el sostenedor de esta nueva competición, no aparece por ningún
lado y todo parece indicar que el soporte económico dependerá de los derechos
televisivos que se consigan, y no de una gran empresa que sustente la competición.
De
momento Unicaja se enroca y se mantiene a la espera de la reunión que mantendrán los dirigentes de la FIBA con Francisco Roca y los clubes ACB el ocho de febrero, en la cual les pedirán
que se alíen con ellos como ya han hecho los clubes sin licencia A de las
federaciones de Italia, Francia y Turquía. Sin embargo, su posición de fuerza
se va deshaciendo poco a poco, ya que el dinero de la Champions es menor que el
de Euroliga y se debe repartir entre treinta y dos equipos participantes. Sin embargo, a
este torneo, serían dos los equipos de ACB que accederían, algo muy importante
para el club malagueño dada su clasificación.
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