Tras las malas sensaciones dejadas en Murcia la primera jornada, el Valencia Basket se veía obligado a dar un golpe de efecto ante su afición. Y nunca mejor dicho, ya que recuperando su mejor versión, asfixiaron desde atrás y sentenciaron en ataque. Una labor coral encomiable apuntalada por una efectividad inexorable ante un CB Sevilla que poco pudo hacer cuando la máquina taronja pisó el acelerador.
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En el bando ganador, destacaron Kresimir Loncar (19 puntos, 7 rebotes, 25 valoración), Luke Harangody (17 puntos, 9 rebotes, 25 valoración) y Romain Sato (18 puntos, 4 rebotes, 20 valoración), mientras que en los sevillanos sobresalieron Kristaps Porzingis (13 puntos, 4 rebotes) y Jacob Pullen (14 puntos).
Los hispalenses aguantan el tirón
Con las espadas en todo lo alto, uno y otro equipo saltaron al parqué de la Fonteta mostrando hambre e intensidad a partes iguales. Si bien era Lischuk quien encarnaba la contundencia en los locales, la el descaro sevillano pronto saldría a relucir, encabezado por un Derrick Byars que ejercía de líder para mantener a raya a su rival. El CB Sevilla quería marcar la pauta ofreciendo solidez, pero la infinidad de recursos del conjunto taronja hacía perdurar la igualdad al término del primer cuarto gracias a las apariciones de Kresimir Loncar a Vladimir Lucic. (23-24)
La defensa valenciana impone su ley
Fue entonces cuando el Valencia Basket impondría su ley sin contemplaciones. Con la defensa como principal valedor, cimentaba un muro impenetrable para el equipo hispalense, que impotente, sucumbía a base de pérdidas, propiciando que los de Perasovic dieran un golpe sobre la mesa tras sendos triples de Aguilar y Sato. Con el ritmo ralentizado, el dúo Porzingis-Hernángomez amparaba las opciones de los suyos, pero su oponente no desaprovechaba sus oportunidades para poner tierra de por medio una vez llegados al descanso. (51-40)
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La tónica permanecía intacta a la salida de los vestuarios. Haciendo gala de una tenacidad implacable, el Valencia Basket demostraba acierto y equilibrio a partes iguales, maniatando a un Sevilla a remolque y sin alternativas. Con Lischuk y Harangody como puntas de lanza, los del Turia atestaban otra estocada a un rival herido de muerte. Erráticos en ambos lados de la cancha, se veían inmersos en un auténtico quiero y no puedo. Ante el desamparado percal, no quedó otra que sacar el orgullo, siendo Jacob Pullen y Berni Rodriguez los encargados de frenar la sangría. (72-58)
El gen competitivo del bloque visitante iba a ir más allá. A base de lucha y entereza mandaban un aviso, pero cuando más parecía que bajaban de la barrera psicológica de los 10 puntos, los valencianos reaccionaban desde el perímetro con Rafa Martínez y Harangody como brazos ejecutores. En un abrir y cerrar de ojos, se habían vuelto a llevar el partido a su terreno, aguantando una embestida que ahora ellos impulsaban gracias a un Sato omnipresente. Un espejismo para luego volver a la realidad, en la cual los locales dominaban y decantaban la balanza sin miramientos, echando mano de dinamismo y verticalidad para estrenar su casillero de victorias esta temporada. (96-73)
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