De principio a fin. Francia fue muy superior a España dejando en evidencia a un Orenga que no fue capaz de reaccionar desde el banquillo. Una oportunidad histórica de ganar el Mundial que se fue al garete con un partido horrible. Ni tiro exterior ni tiro interior. Diaw y Heurtel lideraron un triunfo que dejó hundida a España.
El precedente de la primera fase no servía para nada. España había pasado muy por encima de Francia y Vincent Collet tenía estudiado al milímetro cómo frenar el vendaval ofensivo de los de Orenga. Los franceses arrancaron con un parcial de 0-8 que dejó atónito al Palacio de los Deportes. Boris Diaw sacaba a Marc de la zona y al ser más rápido que él y que el español le dejase espacio, fusilaba desde la línea de tres. En ataque, España no encontraba a Pau y la precipitación empezaba a ser la norma.
Tuvo que ser Juan Carlos Navarro, para proseguir con su idilio con Francia, el que alegrase un poco el juego e hiciese reaccionar al conjunto nacional. Ibaka y Llull, desde el banquillo, intentaron ponerle otra marcha al partido, pero Francia mandaba en todos los apartados. Rebotes, defensa dura y mucha movilidad de todos los jugadores en ataque. España fallaba los tiros exteriores y la anarquía reinaba en ataque. Sin embargo, el marcador reflejaba un empate a 15 al término de los primeros diez minutos.
El tempo del partido era de Francia. España no encontraba el recurso del juego interior. Lauvergne y Diaw cerraban la pintura y el juego exterior español no arreglaba desde el triple la deficiencia de tiro interior. Rudy y Ricky estaban agarrotados en sus tiros y solo Calderón aparecía tímidamente con canastas en momento clave.
Batum y Heurtel llevaban el ritmo en el ataque de los de Collet. La defensa española no acababa de encontrar la fórmula para pasar los bloqueos y los tiros exteriores de los galos eran cómodos y efectivos. Al descanso, lo único positivo tras ver el nivel exhibido, era el marcador (35-28).
Tras el descanso, España cambió el chip, apretó los machos y volvió al partido. Buscando a Gasol en ataque y llegando a todas las ayudas en la faceta defensiva, los de Orenga levantaron al público del Palacio de los Deportes (34-35, min 23).
El mensaje era claro: jugar con los Gasol. Y Calderón y el Chacho captaron el mensaje y lo hicieron. Y los Gasol no decepcionaron. Contundencia en ataque e intimidación en defensa. Y entre medio, Navarro asumiendo galones con un liderazgo que lleva su sello desde 1999. Un rifi-rafe entre Llull y Pietrus cortaba la progresión en el juego español, pero el guión había cambiado.
Pau taponaba sobre Heurtel en la última jugada del tercer cuarto y nos íbamos al último con todo por decidir (43-42).
Final de infarto
No valía fallar. 10 minutos para decidir quién pasaba a semifinales o hacía las maletas. Y España no comenzaba bien. Diaw, desde el triple, hundía anímicamente a los de Orenga a falta de 6 minutos para el final (51-45). Gasol las pedía para tirar del carro, pero Goubert se lo ponía difícil.
Heurtel se disfrazó de Tony Parker en los últimos compases de partido y con un triple puso el 52-60 a falta de un minuto que dejaba todo sentenciado. Gasol cabizbajo, Navarro y Rudy desaparecidos y Ricky hundido. La capacidad de reacción fue nula.
Se acabó el sueño del Mundial. Se cierra el círculo de una generación histórica. Francia jugará las semifinales ante Serbia.
Así salieron los jugadores tras el partido:
Así salieron los jugadores tras el partido:
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