Michael Beasley ha vuelto a ser protagonista fuera de la cancha. Su temporada está siendo otra vez irregular y sigue sin demostrar su calidad para dar el salto de buen jugador a estrella. El 11 de febrero tendrá que comparecer en el juzgado tras ser denunciado por conducir con exceso de velocidad y sin tener en regla la licencia.
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El alero de los Phoenix Suns fue detenido por una patrulla de carretera cuando circulaba a 114 km/h en una zona limitada 72 km/h. Al revisar la documentación, la policía se percató de que Beasley la tenía suspendida en todo el estado de Arizona por no presentarse a una citación previa. Además, la matrícula del coche estaba caducada.
Los Suns han declarado oficialmente estar al corriente de lo sucedido, pero no tienen previsto tomar medidas ni sancionar al jugador tras saber que su comportamiento con la policía fue ejemplar y colaboró en todo momento.