El joven escolta que maravilló a la Liga Endesa en el final de la competición en las filas del Unicaja de Málaga (31 puntos llegó a anotar, además de asumir la responsabilidad de un equipo en plena decadencia), ha sido realmente mal aconsejado por alguna persona de su entorno, llegando a protagonizar un caos en su futuro.
Hace unos días, el jugador anunciaba que pagaría los 300.000 € de su cláusula para quedar libre y fichar por cualquier equipo. Inmediatamente, el Unicaja movió ficha. Sabedor el club malagueño de que el dinero lo habría proporcionado el equipo que lo ficharía, anunció que la cláusula era mayor de esa cantidad (exactamente 640.000 € al tener ficha del primer equipo), y que el jugador lo consideraban propio a todos lo efectos.
El jugador, con este movimiento, se ponía en contra a toda la afición del Unicaja, y a los directivos, que sabedores de que el jugador no va a jugar más de verde, desean obtener una substanciosa cantidad de dinero por su traspaso. Por ello, pese al lío con la cláusula, que legalmente deben aceptar una vez se aclare la cantidad que corresponde al jugador (sean 300 o 640 mil €, no importa), cómo es agente libre, en Unicaja optan por inscribir al jugador en el derecho de tanteo, por lo que legalmente pueden igualar cualquier oferta que otro equipo realice y el jugador sería de Unicaja.
De esta manera, obligan a cualquier club bien a negociar con ellos, bien a pagar la nueva cláusula que Unicaja le imponga en el contrato firmado por el derecho de tanteo. Sin embargo, el representante legal del jugador ha indicado que si no se le da la carta de libertad con el pago de los 300.000 €, el caso irá a los tribunales. El Barcelona, quien se rumoreaba que es quien está detrás de Abrines, ha tenido contactos con Málaga para desbloquear la situación, bien con dinero, bien con jugadores. Málaga se mantiene en sus trece.
El perjudicado no es el equipo malagueño, aunque pierde a su mejor jugador de futuro (18 años, MVP del europeo sub-18), ni siquiera el equipo que lo iba a fichar, que se rumorea fuertemente que sería el F.C. Barcelona. No. El perjudicado es el propio Álex Abrines, que tiene que buscar destino fuera de la liga Endesa, dónde no tenga validez la cláusula del tanteo, además de tener que seguir abonando los 300.000 € de la cláusula para quedar libres (o la cantidad que se estipule), y de quedar mal ante toda la afición del Unicaja. No ha sabido comportarse ante los cantos de sirena. Una fuerte posibilidad para evadirse de todo el lío judicial es, precisamente, salir de España.
Hace unos días, el jugador anunciaba que pagaría los 300.000 € de su cláusula para quedar libre y fichar por cualquier equipo. Inmediatamente, el Unicaja movió ficha. Sabedor el club malagueño de que el dinero lo habría proporcionado el equipo que lo ficharía, anunció que la cláusula era mayor de esa cantidad (exactamente 640.000 € al tener ficha del primer equipo), y que el jugador lo consideraban propio a todos lo efectos.
El jugador, con este movimiento, se ponía en contra a toda la afición del Unicaja, y a los directivos, que sabedores de que el jugador no va a jugar más de verde, desean obtener una substanciosa cantidad de dinero por su traspaso. Por ello, pese al lío con la cláusula, que legalmente deben aceptar una vez se aclare la cantidad que corresponde al jugador (sean 300 o 640 mil €, no importa), cómo es agente libre, en Unicaja optan por inscribir al jugador en el derecho de tanteo, por lo que legalmente pueden igualar cualquier oferta que otro equipo realice y el jugador sería de Unicaja.
De esta manera, obligan a cualquier club bien a negociar con ellos, bien a pagar la nueva cláusula que Unicaja le imponga en el contrato firmado por el derecho de tanteo. Sin embargo, el representante legal del jugador ha indicado que si no se le da la carta de libertad con el pago de los 300.000 €, el caso irá a los tribunales. El Barcelona, quien se rumoreaba que es quien está detrás de Abrines, ha tenido contactos con Málaga para desbloquear la situación, bien con dinero, bien con jugadores. Málaga se mantiene en sus trece.
El perjudicado no es el equipo malagueño, aunque pierde a su mejor jugador de futuro (18 años, MVP del europeo sub-18), ni siquiera el equipo que lo iba a fichar, que se rumorea fuertemente que sería el F.C. Barcelona. No. El perjudicado es el propio Álex Abrines, que tiene que buscar destino fuera de la liga Endesa, dónde no tenga validez la cláusula del tanteo, además de tener que seguir abonando los 300.000 € de la cláusula para quedar libres (o la cantidad que se estipule), y de quedar mal ante toda la afición del Unicaja. No ha sabido comportarse ante los cantos de sirena. Una fuerte posibilidad para evadirse de todo el lío judicial es, precisamente, salir de España.
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